La triste realidad
La inmensa mayoría de empresas españolas tienen menos de 50 empleados y en ellas el concepto de líder es simplemente una acepción más en nuestro diccionario. La realidad más palpable es que en estas organizaciones existe el dirigente, jefe, capataz, encargado y la definición más suave, el responsable. Naturalmente siempre hay excepciones pero lo usual o la habitual no es la gestión de rrhh de Google, Virgin, Endesa o GM, por ejemplo, sino la falta de asertividad y empatía por parte de los antes mencionados. No tan solo se debería mejorar el trato emocional (salario emocional) sino implementar un conjunto de medidas de una nueva política de Gestión de Personas.
Hablo con trabajadores y cargos de empresas, comercios y/o instituciones financieras y encontrar a alguien que rompa en mí la triste percepción de la realidad no es en absoluto nada fácil. Comprobar cuan de lejos queda lo que nosotros defendemos en parte nos produce una profunda desazón pero a la vez se convierte en un objetivo el trasladar los beneficios, tanto para el empleado como para la organización, de una gestión del capital humano en la empresa como se implementa en las grandes corporaciones. ¿O es que hay algún tipo numérico de listón de partida para aplicar estas modernas metodologías de Gestión de Personas en las empresas?
Que nuestro tejido empresarial conozca y ejecute las ventajas de una nueva y eficaz gestión de sus recursos humanos (personas) y confíe en dar el paso en considerar el Capital Humano como un activo, y no como un pasivo, en la contabilidad de la empresa, provocará, con absoluta certeza, un incremento de su competitividad, la cual la han dejado en manos, en la actualidad, de las «brillantes y elaboradas» recetas de tanto economista neoliberal que desea convertir España en la China del sur de Europa.
Hay que ganar la confianza del pequeño empresario y pedirles un cambio, que el coste es mínimo y la ganancia máxima para ambos actores que son uno: empleado x empresario = empresa.
Director en Talentia Gestió