La Responsabilidad emocional del reclutador
En un curso sobre “Detección y autoevaluación de competencias personales“ que he impartido a personas en situación de desempleo me he quedado asombrado de la baja autoestima, y cierta desesperación, con la que estas personas han acudido a las sesiones.
En el transcurso de las sesiones, entre otros motivos, una de las razones de la baja autoestima de las personas asistentes es el, por decirlo de una manera decorosa y suave, la actitud del reclutador en las entrevistas. Estas personas, muchas de ellas en desempleo de larga duración, cuando tienen la oportunidad de ser convocadas a una entrevista laboral, lo cual desgraciadamente es poco usual, acuden con una enorme ilusión y esperanza de conseguir el puesto de trabajo; ¿y con que se encuentran estos candidatos en múltiples ocasiones?, con un reclutador que puede decidir su futuro profesional y personal inclusive, el cual no tiene en absoluta consideración la extrema situación por la que están pasando.
Nuestra obligación como reclutadores, y personas, es tratar a los candidatos con extremado cariño, sin olvidar, naturalmente, nuestra obligación profesional, proporcionándolas un entorno físico y emocional en la cual se sientan a gusto y puedan exponer su valor ante nosotros, sintiéndose por un breve lapso de tiempo valorados y comprendidos.
Muchas de estas personas tienen una formación o competencias técnicas muy precarias, pero todas ellas tienen unas competencias personales, que si han tenido la ocasión de descubrirlas, pues muchas las desconocen, en cursos o seminarios como el que impartí, son una “arma” con la que pueden acudir a una entrevista de trabajo con una seguridad y un plus de valor personal que antes no poseían, o desconocían, por lo cual la actitud que nosotros debemos mostrar es la de un absoluto respeto y no hundir sus ilusiones con:
- pruebas absurdas, algunas incluso vejatorias
- preguntas infames, insultantes, irónicas o sarcásticas
- afirmaciones, o sentencias, que desinhiben a la persona para el futuro
- entrevistas low cost
- desconocimiento del cv del candidato
- enchufismo
- actitud prepotente por parte del seleccionador
- aptitud manifiestamente ínfima del seleccionador
Tenemos una Responsabilidad emocional ante los candidatos, y en TALENTIA GESTIÓ lo tenemos muy presente, por lo cual es nuestra obligación ayudar a mantener, e incluso aumentar, la autoestima de estos durante el proceso de selección, tratándoles y haciéndoles sentir como personas con valor y futuro. Proporcionar un trato emocionalmente digno al candidato no supone incrementar el coste del proceso, al contrario, pues este nos mostrará lo mejor de su bagaje personal y profesional por lo que nos será mucho más fácil descubrir si es el candidato ideal o no, aportando nuestro grano de arena a la sociedad como responsables sociales y mejorando, o al menos no hundiendo, la salud psicológica de las personas desempleadas.
Director en TALENTIA GESTIÓ